Muy a menudo nos encontramos en situaciones en las que, aunque solo sea por nuestro interés, nos queremos sentir escuchados .
Es en estos momentos cuando necesitamos que nuestro líder ejerza como tal y realice lo que se llama “la escucha empática”.
Pero la realidad nos demuestra que en la mayoría de los casos no es así.
Solo nos escuchan para respondernos no para comprendernos .
Es entonces cuando surge la desmotivación y empezamos a preguntarnos si, realmente, merece la pena ser proactivos o no.
Tenemos que hacer un ejercicio importante de responsabilidad para no vernos afectados por una situación que, la mayor parte de las veces, suele ser muy habitual.
Las consecuencias que tienen, la mayor parte de las veces, son los reproches por parte del pseudo líder.