La mayoría de las veces nos dejamos llevar por la experiencia y no pensamos que el riesgo de cliente debe ser revisado periódicamente, como máximo en épocas convulsas cada 6 meses.
No dejarse llevar por la fachada. En el caso de que se produzcan retrasos en los pagos reaccionar rápidamente y anticiparse. Si hay que cancelar el crédito no dudarlo. Que no se cree «el efecto bola de nieve» por miedo a dejar de cobrar. El moroso se aprovechará y lo único que se conseguirá es aumentar la deuda. Como medida complementaría consultar registros impagados.
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